jueves, 29 de abril de 2010
MURPHY EXISTE...
NO ES TAN FÁCIL LLEVAR BRAGAS..
Acabo de escuchar, mientras hacía la cama con la TV puesta para hacerme compañía, una alusión a este libro. No lo he leído y no creo que lo haga, pues hace tiempo que desterré de mis estanterías la mayoría de los libros de autoayuda, por encontrarlos un tanto autoindulgentes y repetitivos.
Si te hacen daño, llora, cágate en todo lo que se menea y trata de tirar para adelante, valorando lo que la vida te ofrece, e intentando sacarte de encima toda la mierda que te aplasta y que no te deja crecer. Para mí, caer en la autocompasión es uno de los mayores errores que podemos cometer, pues es estar alimentando constantemente sentimientos de tristeza, rabia e impotencia, en lugar de tratar de salir del tunel e ir hacia la luz.
Aunque bueno, he de reconocer que en momentos malos, sí que he echado algún que otro vistacillo a libros de filosofía budista y que el Dalai Lama (además de tener una cara que me provoca ganas de achuchar y acariciar), es una gran fuente de inspiración, por su sencillez y cercanía, porque saber llegar.
El caso es que este libro, según decían, va dirigido a las "superwomen" que habitan pueblos y ciudades y que a menudo no reciben el reconocimiento que se merecen.
Madres trabajadoras, que deben sacar a sus hijos adelantes, cumplir con su horario laboral y ocuparse de tener su casa a punto y a su marido contento.
Ejecutivas valiosas que, tras años de preparación y estudio, deben demostrar que no están ahí por arrodillarse debajo de la mesa del jefe (que no sé por qué, pero siempre, siempre, es un hombre) y que encima, deben renunciar a la maternidad si quieren ascender en sus trabajos (porque, a diferencia de sus compañeros varones, ellas sí que tienen que hacer cuadrar la etapa de pasearse con el bombo y las hormonas revueltas con la hacer bien su trabajo mientras frenan en seco 4 meses su vida laboral para dar el pecho, para luego reincorporarse con retraso y llenas de sentimientos de culpa por "abandonar" durante horas a su retoño)
Porque sí, ya sé que generalizar es un error, pero... ¿Cuantos hombres se pasan noches enteras sin dormir pensando en cómo conjugar el trabajo con el cuidado de sus hijos?
Las mujeres deben ser a la vez y sin fallos ni cansancios, madres amorosas, esposas ardientes y eficientes trabajadoras. Y encima, eso deben hacerlo subidas a unos tacones (teniendo en cuenta que la mayoría de los diseñadores de calzado son hombres y que no se han subido a un tacón en su puñetera vida, por no hablar del sádico; que seguro que fué un hombre; que inventó los zapatos de tacón de plástico. Pero eso ya es otro tema y voy a parar porque me estoy encendiendo). Debes salir a pelear perfectamente arreglada, sin un pelo de más en tu cuerpo, sin que se te vean las canas y luchando contra los cambios anímicos que la regla, el embarazo, el post-parto y la menopausia te provocan a lo largo de prácticamente la totalidad de tu vida.
Eso sí, yo no me cambiaría por ningún hombre, porque a pesar de todo, nosotras utilizamos los dos lados del cerebro, valoramos más las emociones, desarrollamos en mayor medida la intuición, podemos tener hijos y porque además, alguién que consigue hacer todo esto sin acabar envuelta en una camisa de fuerza, desde luego que es una super heroína.
En el programa televisivo en cuestión, también hacían referencia a tantos por ciento: el 100% de las madres trabajadoras dedican como mínimo seis horas al día al cuidado de los demás, frente a un 30% de los hombres que dedican unas dos horas excasas.
El 90% de las mujeres dejan su número de teléfono en el cole de sus hijos para que las avisen por si ocurre algo mientras están trabajando. Los padres, el 10% y que no les den mucho el coñazo.
Y por último un porcentaje más desolador: un 90%, ¡90! confesaban haber esperimentado a menudo sentimientos de tristeza y en casos más agudos, depresión, vacío, cansancio crónico, jaquecas, migrañas lumbalgias, falta de apetito sexual y no encontrar fuerzas para seguir adelante.
Finalmente en el programa se planteaban la siguente cuestión: ¿Hemos mejorado o acaso vivían mejor nuestras abuelas?... Interesante reflexión..
miércoles, 28 de abril de 2010
CON LA CASA A CUESTAS...
lunes, 26 de abril de 2010
PALABRA DE DIOS
El domingo fuí a misa. No por propia voluntad ni por creencias personales, que se debaten entre el ateísmo y la incertidumbre de no entender por qué en momentos de apuro acabo recurriendo a la oración y a la súplica como vía de escape.
El caso es que fuí a misa porque dos niños me pidieron que los acompañase. Uno está a punto de hacer la primera comunión y quiere agradar al cura y la otra, de 17 años, simplemente no tenía nada mejor que hacer. Y después de casi un lustro sin pisar una iglesia, fué toda una experiencia para mí.
Lógico, pensé, los tiempos han cambiado mucho y la iglesia no ha sabido seguirles el ritmo, no se ha adaptado y como una especie más del reino animal, al no evolucionar no logrará sobrevivir en el medio y acabará por extinguirse.
Pero al entrar, me llevé una ¿grata? sorpresa. Sí que ha evolucionado, al menos en lo que a la decoración se refiere. Aquel edificio otrora austero, gris y frío, se había convertido en un lugar más cálido y lleno de color. Las paredes eran de ladrillo al aire, cual loft de artista neoyorkino, una parte estaba pintado en color verde agua y otras combinaban el rosa palo con el azul celeste. Muy propio, pensé.
Presidiendo el recinto, y adelantándose incluso al altar mayor, se levantaba una cruz de cartón, coronada con una foto de Cristo y adornada por letras de purpurina rosa fucsia en la que rezaba el slogan de " El señor vive, ¡Aleluya!". Tal vez, en un intento desesperado por modernizarse, se han inspirado en la iglesia evangelista, que cada vez logra captar para sí más adeptos ya que claramente es más llamativa y entretenida que la nostálgica iglesia católica.
Pero lo que realmente me impactó fué la aparición del sacerdote.
Escoltado por dos imberbes monaguillos, hizo su triunfal entrada. Y no pude apartar de mi cínica mente las imágenes de aquella película de Almodovar en la que los representantes de dios en la tierra saciaban sus instintos más bajos sobre los muslos y contramuslos de los jóvenes a los que instruían. Sé que es un pensamiento muy simple e incluso, dado el momento actual, puede sonar a tópico, pero no puede evitarlo en un primer momento. Hasta que otro hecho atrajo poderosamente mi atención: el cura no vestía la tradicional sotana; digna y orgullosa, y que le confería un aire de superioridad sobre el resto de los visitantes del sagrado recinto.
Este al menos, vestía una túnica blanca, de tela de saco que llevaba impresa a la altura del pecho un diseño alusivo al Xacobeo. Que una ya no sabía si iba a oficiar la misa o a participar en el mundial de Sudáfrica. Debe ser cierto que la iglesia va de capa caída cuando tiene que echar mano de estrategias de marketing tan poco imaginativas.
Pero lo mejor estaba por llegar: la santa misa. Que no hay santo dios que la entienda. Y mira que lo he intentado. Me concentré todo lo que pude para captar las metáforas y las parábolas, para entender el mensaje subliminal que subyace en las escrituras, pero no entendí nada.
Todo eran alusiones al rebaño que debe seguir al pastor (pasandose la democracia y las capacidades individuales por el arco de triunfo), de escuchar llamadas en tu interior y obedecerlas (que eso, después de estudiar cinco años a los grandes de la psicología moderna, una sabe que no es muy recomendable... no se puede hacer caso a todas las voces que resuenen en la cabeza!!) y de repetir una y otra vez sin cesar, para que quede bien clarito, que todo se debe hacer sin rechistar y sin cuestionamientos, porque es "palabra de dios".
En fin, que en eso no han cambiado mucho. Y por eso exactamente dejé de ir a misa hace muchos años. Y de creer en la iglesia. Y solo la sonrisa de un niño es capaz de sobornarme para volver a entrar. Bueno, eso o la boda de algún amigo. O más tristemente, algún funeral.
Pero lo mejor de lo mejor se reservaba para el final, cuando a la niña de 17 años, tras escuchar pacientemente la disertación del cura, le sobrevino su primera duda teológica. Duda que no vaciló en exponer en voz alta (demasiado alta para un recinto con tan buena audición). Me dijo fijando su mirara en el crucifijo que nos observaba, -"Oye Ana, ¿y si este tío nunca existió y estamos todos aquí haciendo el gilipollas?"
Traté de explicarle que científicamente parecía probada la existencia de Jesús, pero ya era demasiado tarde. Las beatas de la primera fila nos miraban amenazantes y tuvimos que salir por patas. Cual mercaderes expulsados del templo. Palabra de dios.
miércoles, 21 de abril de 2010
HEMOS CAMBIADO TANTO?
HAY ALGUIEN AHÍ?
lunes, 19 de abril de 2010
domingo, 18 de abril de 2010
PIRATEANDO BLOGS...
EL AMOR NO ES RACISTA
Si se mira bien, el amor no es racista. No cabe un prejuicio de tal índole cuando una persona se enamora de otra. Todos esos prejuicios caen y se muestran tal como son, estúpidos.
Y si se ahonda un poco más, se comprende que eso ocurre también con la amistad. ¿Quién rechazaría a un amigo por ser de otra raza?
De ello se deduce, ignorando las excepciones que en todo hay, que el racismo está en contra de la mayoría de los sentimientos nobles, tales como la amistad o el amor.
¿Se podría decir lo mismo del clasismo? Creo que sí, que también. Es bien fácil que un rico se enamore de un pobre, y viceversa (más fácil aún, la riqueza puede embellecer). En cuanto surge un sentimiento noble, las barreras artificiales que ha creado la sociedad se disuelven.
Es decir, que lo que realmente falta en las relaciones humanas es una cantidad determinada de amor, de amistad, de nobleza, de buenos sentimientos. En cuanto se imponen, decaen los enfrentamientos.
viernes, 16 de abril de 2010
PÁJAROS EN LA CABEZA
Días extraños. Días de tormenta en los que una no se siente del todo mal, pero tampoco del todo bien. Se siente como el conductor del chiste, aquel que circulaba en sentido contrario por una autopista mientras todos los vehículos que venían de frente le dedicaban sonoros pitidos y que, después de escuchar por la radio la noticia de que "un loco conduce en sentido contrario por la autopista", acierta a exclamar indignado; "¿Uno?, ¡Pero si vienen todos en sentido contrario!"
Así me siento yo. Como si el mundo se hubiera vuelto loco o como si fuese yo la que conduce por el carril equivocado. ¿No era todo más fácil y divertido antes?
Últimamente se me agolpan en la cabeza multitud de recuerdos de la infancia y la adolescencia. Un tiempo en el que íbamos a comernos el mundo y en el que disfrutabamos de la vida con una profunda intensidad.
Recuerdo la cabaña del monte, las horas de caminata que pasabamos contemplando los caballos salvajes que se cruzaban en nuestro camino y las historias de indios, de seres fantásticos e incluso de asesinos en serie que ingeniabamos sobre la marcha sólo por diversión, para asustar a los demás.
Recuerdo las tardes de piscina, intentando acaparar todo el sol posible en nuestras pieles para lucir como nadie por la noche en la discoteca.
Recuerdo los atardeceres de verano, como los nervios y la felicidad nos invadían a partes iguales esperando que llegase la noche para ver a los chicos que nos gustaban en alguna verbena o en nuestros pubs habituales.
Todo eso antes de descubrir que no te puedes comer el mundo, porque el mundo a menudo provoca ardores y dolores fuertes de estómago a los golosos que ansían devorarlo.
Tal vez lo más sabio sea empezar a aplicarse diariamente una ración de resignación como quién se aplica la leche hidratante, para prevenir empachos de vida y malas digestiones. Aunque yo me niego. No quiero perdermela, quiero seguir siendo optimista.
Creo que es tarde para cambiar de leiv motiv y espero seguir conservando la capacidad de asombro al contemplar paisajes nuevos y, por qué no, tambien los habituales. Pero esta tarde no. Esta tarde pienso dejarme caer en los brazos de la autocompasión, llorar por mí misma y exclamar bien fuerte que cualquier tiempo pasado fué mejor.
Pero sólo un ratito.
Después saldré con mi plato y mi cuchara a saborear el pedacito de mundo que me toca engullir hoy.
sábado, 10 de abril de 2010
"Nos hicieron creer que el “gran amor” sólo sucede una vez,
generalmente antes de los 30 años.
No nos contaron que el amor
no es accionado,ni llega en un momento determinado.
Nos hicieron creer que cada uno de nosotros
es la mitad de una naranja,y que la vida sólo tiene sentido
cuando encontramos la otra mitad.
No nos contaron que ya nacemos enteros,
que nadie en nuestra vida merece
cargar en las espaldas
la responsabilidad de completar lo que nos falta.
Las personas crecen a través de la gente.
Si estamos en buena compañía es más agradable.
Nos hicieron creer en una fórmula llamada "dos en uno":
dos personas pensando igual,
actuando igual...
que era eso lo que funcionaba!
No nos contaron que eso tiene un nombre: anulación.
Que sólo siendo individuos con personalidad propia
podremos tener una relación saludable.
Nos hicieron creer que casarse es obligatorio
y que los deseos fuera de término,deben ser reprimidos.
Nos hicieron creer que los guapos y delgados son más amados.
Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula para ser feliz,
la misma para todos, y los que escapan de ella
están condenados a la marginalidad.
No nos contaron que estas fórmulas
son equivocadas,frustran a las personas, son alienantes,
y que podemos intentar otras alternativas.
Ah, tampoco nos dijeron que nadie
nos iba a decir todo esto:cada uno lo va a tener que descubrir solito.
Y entonces,
cuando estés “enamorado de ti mismo"
podrás ser felizy te enamorarás de Alguien.
Vivimos en un mundo
donde nos escondemos para hacer el amor
aunque la violencia se practica a plena luz del día."
John Lennon
lunes, 5 de abril de 2010
¿No es evidente que nosotros "inter-somos"?
Tú cultivas la flor en ti mismo,
para que así yo sea hermoso.
Yo transformo los desperdicios que hay en mi,
para que así tú no tengas que sufrir.
Yo te apoyo;
tú me apoyas.
Estoy en este mundo para ofrecerte paz;
tú estás en este mundo para traerme alegría.
Cuando muere una flor no sufrís mucho porque comprendéis que las flores son impermanentes.
Pero no podéis aceptar la impermanencia de vuestra amada, y sufrís profundamente cuando se va.
Si examináis profundamente la impermanencia, haréis lo mejor posible por hacerla feliz ahora mismo.
Comprendiendo la impermanencia os volvéis positivos, amorosos y sabios.
La impermanencia es una buena noticia. Sin impermanencia nada sería posible.
Con impermanencia toda puerta está abierta al cambio.
En vez de lamentarse deberíamos decir: "¡Larga vida a la impermanencia!".
Thich Nhat Hanh
1. Conscientes del sufrimiento causado por el fanatismo y la intolerancia, estamos decididos a no idolatrar o atarnos a ninguna doctrina, teoría, o ideología, ni siquiera las budistas. Las enseñanzas budistas son guías que nos ayudan en el aprendizaje de observar con profundidad y en el desarrollo del entendimiento y la compasión. No son doctrinas por las que haya que pelear, matar o morir.
2. Conscientes del sufrimiento causado por el apego a puntos de vista y a percepciones equivocadas, estamos decididos a evitar tener una mente estrecha y a no aferrarnos a los puntos de vista actuales. Aprenderemos y practicaremos el desapego a puntos de vista para estar abiertos a los conocimientos y experiencias de los demás. Somos conscientes de que el conocimiento que poseemos actualmente no es inmutable ni una verdad absoluta. La verdad se encuentra en la vida, y observaremos en cada el momento la vida en nuestro interior y alrededor nuestro, preparados a aprender durante toda la vida.
3. Conscientes del sufrimiento que causamos al imponer nuestros puntos de vista a los demás, nos comprometemos a no obligar a otros, ni siquiera a nuestros hijos, y por ningún método-como el uso de autoridad, amenazas, dinero, propaganda o adoctrinamiento-a adoptar nuestros puntos de vista. Respetaremos el derecho de los demás a ser diferentes y a escoger qué creer y decidir. Sin embargo, ayudaremos a los demás a renunciar al fanatismo y estrechez mental a través del diálogo compasivo.
4. Conscientes de que el observar con profundidad a la naturaleza de sufrimiento nos puede ayudar a desarrollar compasión y a encontrar salidas del sufrimiento, estamos decididos a no evitar o cerrar nuestros ojos al sufrimiento. Nos comprometemos a encontrar formas, incluyendo el contacto personal, las imágenes y sonidos, para estar con los que sufren, de manera de compenetrarnos con su situación y ayudarles a transformar su sufrimiento en compasión, paz y alegría.
5. Conscientes de que la verdadera felicidad está arraigada en la paz, entereza, libertad y compasión, y no en la riqueza o fama, estamos decididos a no tomar como meta de nuestras vidas la fama, lucro, riquezas o placeres sensuales, ni a acumular riqueza mientras millones están hambrientos y moribundos. Nos comprometemos a vivir con sencillez, compartiendo nuestro tiempo, energía y recursos materiales con esos necesitados. Practicaremos el consumo atento, desechando el alcohol, las drogas o cualquier otro producto que introduzca toxinas en nuestro cuerpo y consciencia, así como en el cuerpo y consciencia colectivos.
6. Conscientes de que el enojo bloquea la comunicación y crea sufrimiento, estamos decididos a encargamos de la energía del enojo cuando surja y a reconocer y transformar las semillas del enojo que yacen en lo profundo de nuestra consciencia. Cuando surja el enojo, estamos decididos a no hacer o decir nada, sino a practicar la respiración atenta o el caminar atento y a reconocer, abrazar y observar profundamente a nuestra enojo. Aprenderemos a mirar con los ojos de la compasión en aquellos que pensamos son la causa de nuestra enojo.
7. Conscientes de que la vida está disponible sólo en el momento presente y de que es posible vivir con felicidad en el aquí y el ahora, nos comprometemos a entrenarnos a vivir con profundidad cada momento de la vida diaria. Intentaremos no perdernos en la dispersión o ser arrastrados por los remordimientos sobre el pasado, las preocupaciones acerca del futuro, o los anhelos, enojos o celos del presente. Practicaremos la respiración atenta para regresar a lo que ocurre en el momento presente. Estamos decididos a aprender el arte del vivir con atención, haciendo contacto con los elementos maravillosos, refrescantes y curativos que están dentro y alrededor nuestro, y alimentando nuestras semillas de alegría, paz, amor y comprensión, facilitando así el trabajo de transformación y curación en nuestra consciencia.
8. Conscientes de que la falta de comunicación siempre trae desunión y sufrimiento, nos comprometemos a entrenarnos en la práctica de escuchar con compasión y hablar con amor. Aprenderemos a escuchar profundamente sin juzgar o reaccionar y nos abstendremos de pronunciar palabras que puedan crear discordia o división en la comunidad. Haremos todo lo posible por mantener las comunicaciones abiertas, así como por reconciliar y solucionar todos los conflictos, por pequeños que sean.
9. Conscientes de que las palabras pueden crear sufrimiento o felicidad, nos comprometemos a aprender a hablar veraz y constructivamente, usando sólo palabras que inspiran esperanza y confianza. Estamos decididos a no decir falsedades por interés personal o para impresionar a la gente, ni a pronunciar palabras que puedan causar división u odio. No propagaremos noticias cuya certeza no nos conste ni criticaremos o condenaremos cosas de las que no estamos seguros. Haremos lo mejor que se puede para expresarnos públicamente acerca de situaciones de injusticia, aunque esto amenace nuestra seguridad.10. Conscientes de que la esencia y meta de una Sangha son la práctica del entendimiento y de la compasión, estamos decididos a no usar a la comunidad budista para ganancia o lucro personal o a transformar a nuestra comunidad en un instrumento político. Una comunidad espiritual, sin embargo, debe tomar una posición clara en contra de la opresión y la injusticia y debe esforzarse en cambiar la situación, sin tomar partido.
11. Conscientes de la enorme violencia e injusticia a que han sido sometidos nuestro ambiente y sociedad, nos comprometemos a no vivir de una profesión dañina para humanos y naturaleza. Haremos lo mejor que se puede para elegir una forma de sustento que nos ayude a realizar nuestro ideal de entendimiento y compasión. Conscientes de las realidades globales económicas, políticas y sociales, nos comportaremos responsablemente como consumidores y ciudadanos, no invirtiendo en compañías que privan a otros de su oportunidad de vivir.
12. Conscientes de que mucho sufrimiento es causado por guerras y conflictos, estamos decididos a cultivar lo no-violencia, el entendimiento y la compasión en nuestra vida diaria, a promover la educación sobre la paz, la mediación consciente y reconciliación, dentro de las familias, comunidades, naciones y el mundo. Estamos decididos a no matar ni dejar que otros maten. Nos empeñaremos en observar con profundidad en nuestra Sangha, para descubrir formas mejores de proteger la vida y prevenir la guerra.
13. Conscientes del sufrimiento causado por la explotación, la injusticia social, los robos y la opresión, nos comprometemos a cultivar el amor compasivo y a aprender formas para trabajar por el bienestar de gente, animales, plantas y minerales. Practicaremos la generosidad compartiendo nuestro tiempo, energía y recursos materiales con los necesitados. Nos comprometemos a no robar ni poseer nada que debería pertenecer a otros. Respetaremos la propiedad ajena, pero no permitiremos que nadie saque provecho del sufrimiento humano o del sufrimiento de otros seres.
14. (Para los laicos): Conscientes de que las relaciones sexuales motivadas por el deseo no puede disipar el sentimiento de soledad sino que crean más sufrimiento, frustración y aislamiento, estamos decididos a no involucramos en relaciones sexuales sin entendimiento mutuo, amor y un compromiso a largo plazo. En las relaciones sexuales, debemos darnos cuenta del sufrimiento futuro que podamos estar causando. Sabemos que para preservar la felicidad nuestra y ajena, debemos respetar los derechos y compromisos de nosotros mismos y de los demás. Haremos todo lo posible para proteger a los niños del abuso sexual y proteger a las parejas y familias del rompimiento por la conducta sexual errónea. Trataremos a nuestros cuerpos con respeto y preservaremos nuestras energías vitales (sexual, de respiración y espiritual) para la realización de nuestro ideal de bodhisattvas. Estaremos bien conscientes de la responsabilidad de traer nuevas vidas al mundo y meditaremos sobre el mundo al cual traeremos nuevos seres.
(Para los miembros monásticos): Conscientes de que la aspiración de un monje o una monja sólo puede realizarse cuando él o ella abandona totalmente los lazos del amor mundano, estamos comprometidos a practicar la castidad y a ayudar a los otros a que se protejan. Somos conscientes que la soledad y sufrimiento no pueden ser aliviados por la unión de dos cuerpos en una relación sexual, sino por la práctica del entendimiento verdadero y la compasión. Sabemos que una relación sexual destruirá nuestra vida de monje o monja, nos impedirá realizar nuestro ideal de servir a los seres vivos y dañará a otros. Estamos decididos a no reprimir o maltratar a nuestro cuerpo o usarlo sólo como un instrumento, sino a aprender a manejarlo con respeto. Estamos decididos a preservar nuestras energías vitales (sexual, de respiración y espiritual) para la realización de nuestro ideal de bodhisattvas.no escoge sus compañías,
le ofrece sombra, cobijo y alimento a cualquiera.
No retiene a nadie,
sigue escrupulosamente el ritmo de la naturaleza,
desnudo en invierno,
florecido en primavera,
generoso en verano,
abandonado en otoño.
Su espíritu permanece en paz,
unido íntimamente a la tierra,
lanzado tenazmente hacia la luz.
Es libre.
No digas que me iré mañana,
Siendo que recién llego.
Mira profundamente:
En cada segundo estoy llegando,
a ser un botón en una rama de primavera,
a ser un diminuto pájaro de alas frágiles,
aprendiendo a cantar en mi nuevo nido,
para llegar a ser una cuncuna en el corazón de una flor,
para ser una joya que se esconde en una piedra.
Yo sigo llegando,
con el fin de reír y llorar,
de temer y esperar,
El ritmo de mi corazón es el nacer y morir de todo lo que está vivo.
Soy una mariposa en plena metamorfosis en la superficie del río,
y soy un pájaro que se desliza en picado a saborear la mariposa.
Soy una rana nadando alegremente
En el agua transparente de la laguna
Y soy la serpiente
Que silenciosamente se alimenta de la rana.
Soy el niño de Uganda,
sólo huesos y piel,
mis piernas delgadas como un bambú,
y soy el mercader de armas
que vende mortíferas municiones a Uganda.
Soy la niña de doce años,
que refugiada en su pequeño bote,
se tira al mar después de ser violada por un pirata,
Y soy el pirata, mi corazón aun incapaz de ver y de amar.
Soy el miembro del politburó,
con todo el poder en mis manos,
y soy el hombre que tiene que pagar mis “deudas de sangre” con mi gente,
muriendo lentamente en un campo de trabajos forzados.
Mi alegría es como la primavera,
tan cálida que hace florecer la tierra.
Mi dolor es como un río de lágrimas,
tan inmenso que llena los cuatro océanos.
Por favor llámame por mis verdaderos nombres,
así puedo escuchar mis risas y llantos de una sola vez,
así puedo ver que mi alegría y pena son una sola.
Por favor llámame por mis verdaderos nombres,
así puedo despertar,
la puerta de mi corazón,
podrá ser dejada abierta,
la puerta de la compasión.
Thich Nhat Hanh