jueves, 20 de mayo de 2010

DE RAMERAS Y TESTÍCULOS...



Me encanta saber de dónde provienen términos y frases hechas que todos y todas decimos sin saber bien cual es su origen.

Una expresión fácil: "Salvarse por los pelos", proviene del mundo marinero. Los pescadores (sobre todo de altura) solían poseer unas melenas largas (probablemente debido a los días que pasaban sin volver a casa y pasarse por el peluquero jejeje), que les venían muy bien cuando alguno de ellos se caía al mar. Sus compañeros echaban mano a su pelambrera y le ayudaban a evitar un final trágico en brazos de Neptuno.

Otro término curioso "testificar", proviene del imperio romano, donde los hombres que acudían a juicios, bien como imputados, bien como testigos, prometían decir la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, jurandolo por lo más sagrado, por su honor... colocando la mano derecha sobre sus testículos para garantizar que su testimonio era verdadero.

"A buenas horas mangas verdes", ¿os suena, verdad?, pues al parecer proviene de lo que solían comentar la gente cuando llegaba la Santa Hermandad, una institución parecida a lo que hoy sería una policía que existía en Castilla ya en el siglo XIII para defender el orden público y que tuvieron su apogeo durante el reinado de los Reyes Católicos.

Los componentes de la Santa Hermandad iban vestidos con un chaleco de piel que dejaban al descubierto las mangas de la camisa que era verde.

Parece que la eficacia y la rapidez no eran las principales virtudes de este cuerpo, y nunca llegaban a tiempo al lugar donde se había cometido el delito y de ahí proviene la expresión.

Y para terminar un término fuertecillo, "Ramera", cuyo origen acabo de descubrir (probablemente estoy haciendo un alarde de ignorancia, pero me ha hecho gracia). El término proviene de las mujeres díscolas que se situaban en las encrucijadas de los caminos y que levantaban unas pequeñas cabañas con "ramas" de árboles para ofrecer un ambiente lo más cálido y discreto posible a aquellos hombres que pagaban por sus servicios.
Con el tiempo, se fueron modernizando y pasaron a colocar unas ramas en los frontales de aquellas casas dónde se ejercía la prostitución. En la Biblia aparece este término para referirse a las mujeres infieles a sus maridos (rameras de Babilobia).

Curioso, no?

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