En las diferentes religiones, un "ángel caído" es aquél que se ha exiliado del cielo. Tal destierro es frecuentemente un castigo infligido por desobedecer o rebelarse ante el Señor. Una fuente temprana de información acerca de Demoniología es la otorgada por el profeta Zoroastro, que se piensa que ha influenciado las creencias judeocristianas. El ángel caído más conocido es Satanás. Según algunas tradiciones, los ángeles caídos vagarán por la Tierra hasta el día del Juicio Final.
Existen innumerables creencias acerca de los ángeles caídos. Muchos hablan de su libre albedrío, de su lujuria, su orgullo o incluso de la incomprensibilidad de los actos de Dios. Causas como la Lujuria y el Orgullo han sido considerados motivos centrales para la caída de algunos ángeles. Dios pidió a los "vigilantes" -un selecto grupo de ángeles- que asistieran a la creación de Edén. Estos vigilantes (también llamados "Grigori") descendieron a la Tierra y vieron a las hijas de hombres, de las cuales se enamoraron. Según algunos textos, varios Grigori se desposaron con estas humanas y tuvieron descendencia. Esto encolerizó a Dios, por ello los echó del Paraíso y los convirtió en verdaderos demonios.
Otra causa fue la rebelión de Lucifer contra Dios. El orgullo -considerado el más grave de los siete pecados capitales- condujo a la expulsión celeste de ciertos seres, incluyendo al rango más elevado de ángeles. Lucifer era el primer y más poderoso ángel creado por el Señor. Con inteligencia, belleza y energía, Lucifer estaba en segundo lugar, después del mismo Dios.
Desafortunadamente, Lucifer llegó a ser tan ambicioso y egocéntrico que decidió competir con el Todopoderoso. Esto lo llevó a su expulsión del Paraíso.
Los teólogos católicos han especulado que la encarnación de Cristo fue revelada a los ángeles, y que aquellos que no aprobaban la naturaleza humana como digna de tal don, se rebelaron contra Dios. Esta sería la principal razón que movilizó la orgullosa conducta del ángel Lucifer (cf. Suarez, De Angelis, lib. VII, xiii)
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