miércoles, 30 de diciembre de 2009

BUSCANDO UN NIDO...


Mi hermano está a un tris de firmar la hipoteca.
Mi amiga María recientemente se "casó" de por vida con el banco (bueno, de por vida no, pero sin duda será un laaaargo matrimonio)
Conozco varias parejas de recién casados que han tenido que ingeniarselas como han podido para emprender una vida juntos: unos viven con sus padres, otros se han hipotecado y otros, los más afortunados, han heredado algún piso familiar.
Por no hablar de mí misma, que sigo de "okupa" en el piso de mis padres a la espera de ver dónde me lleva mi próxima aventura laboral... (si me lleva lejos, tendré que vivir de alquiler. Si me quedo cerca, seguiré como hasta ahora)
Todos somos treintañeros. Todos hemos cursado estudios universitarios y (casi) todos trabajamos en profesiones relacionadas con dichos estudios.
Sin embargo, tenemos que ingeniarnoslas para salir adelante, porque los sueldos (que no son precisamente bajos), no llegan.
Hace poco leí un artículo en un periódico que decía que los jóvenes de hoy día, pese a tener el doble de estudios que sus padres, querrían ser como ellos.
O mejor dicho, querrían conseguir todo lo que aquellos han logrado con menor formación y trabajos más "bajos":la mayoría son propietarios de una vivienda y se libran de la temida letra mensual.
Entonces, ¿qué es lo que falla aquí?. La construcción de las casas no ha mejorado tanto en estos años para que tengamos que pagar ahora el triple o el cuádruple que hace dos décadas.
Y a este paso, no nos sonará raro lo que hoy se nos antoja una extravagancia nipona: eso de que en Japón, hijos y nietos acaban heredando la hipoteca de sus padres.
Como siempre, para enriquecerse unos cuantos, nos joden a todos.

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