lunes, 28 de diciembre de 2009

LEVANDO ANCLAS...


Me voy, qué lástima pero adiós!... Toca recoger bártulos e irse con la música a otra parte.
Es increible la de cosas que se acumulan sin darnos cuenta.
Llevo apenas un año y necesito dos bolsas tamaño oversize para empaquetar todo lo que he ido desparramando por la oficina.
En fin, está claro que acumulamos más bienes materiales de los que precisamos, pero ya he desistido en el empeño de desarrollar mi vena feng shui, porque siempre acabo desbordada de objetos innecesarios a mi alrededor.
Y eso que, desde hace un tiempo, intento seguir el consejo de un viejo amigo que me recomienda que vaya equilibrando la balanza de "cosas que adquiero" y "cosas de las que me deshago".
La idea es simple: por cada nueva adquisición, toca deshacerse de algo que ya no utilices.
Parece fácil, pero a la hora de decirle adiós a determinadas cosas, (llámense los vaqueros que están esperando a que pierdas esos tres míseros kilos, los zapatos que te resistes a catalogar como "pasados de moda" porque estás convencida de que algún día volverás a lucirlos con orgullo, los 200 bolsos de todos los tamaños y colores que ya no utilizas pero que invaden tus baúles... en fin... que te pueden enterrar entre tantos trapos y tú sin saber qué ponerte...
Yo creía que con el tema oficina sería más fácil, pero qué va! Nunca pensé que en un añito iba a reunir tal cantidad de carpetas, bolígrafos, rotuladores (ojo!, que el tema "rotuladores" no es tan sencillo como parece, pues aquí se engloban rotuladores de colores, indelebles, marcadores, para escribir en pizarra, para escribir en papel, fosforescentes, de punta gruesa, de punta fina y un largo etcétera que lleva a preguntarse si realmente alguien conoce la diferencia entre un rotulador indeleble y uno permanente o si simplemente es puro marketing para incautos aburridos que ven en el maravilloso mundo de la papelería una nueva forma de dar salida a la vena consumista que todos y todas hemos ido cultivando a lo largo de estos años de cultura televisiva)
Lo dicho, que lo que pensaba que se iba a convertir en tarea de un par de horas, me va a ocupar (a ojo de buen cubero), como mínimo dos días y lo peor de todo es que más del 50% de las cosas que estoy guardando, con absoluta seguridad, no las voy a utilizar en mi vida!

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