La ceguera al cambio.
"Muchas veces miramos pero no vemos. No procesamos toda la información que nos entra por la retina. Delante de nosotros se producen constantemente cambios enormes que nos entran por los ojos pero que no conseguimos ver porque no prestamos la suficiente atención. A veces esta distracción mental se produce porque esos cambios no consiguen captar con suficiente intensidad nuestra atención (ceguera por desatención) y otras porque no queremos ver y preferimos "creer en la magia" . De hecho, los magos juegan a menudo con esto desde tiempos remotos. A nivel neurológico, se produce una atención endógena, una especie de diálogo interior que nos aísla del mundo, de lo externo a nosotros. A nivel personal, acabamos perdiéndonos muchas cosas. Lo ideal sería desarrollar la capacidad de conjugar las dos atenciones. Ser capaces de abrir realmente los ojos".
Susana Martínez Conde, neuróloga e investigadora.
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