Será que me estoy haciendo mayor y repugnante o será que estoy saturada de trabajar con niños (trabajo que requiere una paciencia y dulzura de las que yo carezco... quién me mandaría a mi meterme!!), pero el caso es que últimamente empiezo a entender a la bruja del cuento de "Hansel y Gretel" y a apiadarme de ella.
Porque la pobre mujer, que con todos sus esfuerzos y ahorros (y puede que incluso hipotecada hasta las cejas) consigue hacerse la casa de sus sueños, con dulces y chocolates, para que luego vengan esos dos mocosos malcriados a destrozarsela.
Normal que los encierre, los cebe como a burros y luego los pase a la olla de vapor. Es lo mínimo que puede hacerle a esos dos demonios piojosos para ver si aprenden (por cierto, qué buen castigo, puede que lo pruebe con alguno de los míos...)
[Ostrás, y que conste en acta que esto es una ironía, no vaya a ser que luego venga algún fiscal de menores y me detenga por escribir estas cosas en la red y trabajar con niños, que en los tiempos que corren... nunca se sabe]
El caso es que debo tener los óvulos a punto de caducar y con este trabajo que tengo, no sé si compensa o no esto de reproducirse y perpetuar la especie... Una de dos, o cambio de curro o no habrá miniyós correteando por el mundo.
Y es que ya lo dicen mis compañeros de curro: "Trabajar en esto es el mejor método anticonceptivo que existe"...
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