miércoles, 18 de noviembre de 2009

LAS CRISIS DEL HOMBRE



En la tribu americana de los Oglala Dakota (o Sioux), existía una tradición que se aplicaba a los adolescentes para determinar su sino en la vida. Se les animaba a introducirse en el bosque sin armas y sin otra vestimenta que un taparrabos y un par de mocasines en búsqueda de un sueño. Hambriento, sediento y cansado, el chico esperaría a tener un sueño al cuarto día de su viaje que le revelaría su destino vital. Al volver al hogar, relataría a los ancianos de la tribu el contenido de su sueño, el cual sería interpretado de acuerdo con una práctica legendaria. Y su sueño le diría al chico si estaba destinado a ser un buen cazador, o un gran guerrero o un experto en la caza de caballos salvajes, o quizás convertirse en un especialista en la fabricación de armas, o un líder espiritual, sacerdote o curandero.

En algunos casos, el sueño le llevaría a resolver las desviaciones y problemas de la tribu Oglala. Un sueño con un "thunderbird" (un pajaro de trueno) llevaría al chico a pasar un período de tiempo como “heyoka”, es decir, a actuar como un payaso o un loco. O por ejemplo, una visión de la luna o de un búfalo blanco, le llevaría a ser un “berdache”, un hombre que se viste y actúa como si fuese una mujer.

En cualquier caso, el número de roles que se representaban en la vida era extraordinariamente limitado para los hombres; ni qué decir de las mujeres. La mayoría de las personas desempeñaban papeles generalistas; muy pocos podían ser especialistas. Y estos roles solo se aprendían por estar simplemente rodeado de las demás personas en la familia y en la comunidad. Se aprendía en virtud de la vida.

En la época en que los Oglala Dakota fueron visitados por Erik Erikson, las cosas habían cambiado un poco. Habían sido reducidos a amplias aunque cerradas reservas como resultado de innumerables guerras y amenazas. El búfalo, la fuente principal de comida, vestimenta, cobijo y de casi todo el resto necesario para vivir, había sido cazado hasta prácticamente su extinción. Para empeorar más las cosas, se les había arrebatado sus costumbres, no por soldados blancos, sino por los esfuerzos de los burócratas gubernamentales dirigidos a convertir a los Dakota en americanos.

Los niños eran obligados a asistir a escuelas estatales casi todo el año, bajo la creencia sincera de que la civilización y la prosperidad surge de la educación. Aquí, aprendían muchas cosas que iban en contra de lo que habían aprendido en casa. Se le enseñaron reglas de los blancos sobre la belleza y la higiene, algunas de las cuales contradecían sus estándares de modestia. Se les enseñó a competir, lo que iba en contra de las tradiciones de los Dakota sobre la igualdad. Se les dijo que hablaran alto y fuerte, cuando precisamente sus familiares le decían que se mantuviesen tranquilos y quietos. En otras palabras, sus profesores blancos se encontraron con un grupo muy difícil de manejar y sus padres se hallaban en una situación de dolor ante lo que consideraban una corrupción propia de una cultura extranjera.

Con el paso del tiempo, su cultura originaria desapareció, pero la nueva cultura fue incapaz de proveer los sustitutos necesarios. No hubo más búsqueda de sueños, pero entonces ¿cuáles sueños podrían perseguir los adolescentes si no existían?.


Como la mayoría de los nativos americanos, también otros han perdido mucho de los rituales que una vez nos guiaron hacia la adultez. ¿Hasta qué punto es usted un adulto?; ¿cuándo entramos en la pubertad?; ¿ya ha sido bautizado o ha pasado por su “bar mizvah”?; ¿su primera experiencia sexual?; ¿fiesta de 15 años?; ¿su licencia de conducir? ¿su graduación colegial?; ¿votando en sus primeras elecciones?; ¿su primer trabajo?; ¿edad legal para beber?; ¿graduación de la universidad?; ¿Cuándo exactamente los demás nos tratan como adultos?.

Erikson desarrolló una teoría explicativa del desarrollo de la personalidad en la cultura occidental.
Para él, a lo largo de la vida, atravesamos 8 crisis o etapas, que incluyen dos cualidades opuestas entre sí: una relativamente positiva y otra relativamente negativa y que hemos de resolver para avanzar.

-Crisis 1: Confianza vs Desconfianza: Se produce entre el nacimiento y el primer año de vida y está relacionada con la calidad del cuidado que reciben los bebés. Un niño bien atendido, aprenderá a tener confianza en sí mismo, por el contrario, un bebé que ha recibidio una atención deficitaria, no llegará a desarrollar la autoconfianza suficiente para abordar la segunda crisis (no habrá superado esta primera)


-Crisis 2: Autonomía vs Vergüenza:
Entre el primer año de vida y el tercero. En esta etapa, el niño aprende a desarrollar su autonomía, siempre y cuando haya superado la primera crisis y posea la autoconfianza suficiente. Empezará a ejercer el control sobre su conducta y sobre su ambiente. Pero, si los padres sobreprotegen al niño, haciendo aquello que él puede hacer por sí mismo, dificultan el desarrollo de su personalidad, y surgirán en él sentimientos de vergüenza e inhibición de su actividad.

- Crisis 3: Iniciativa vs Culpa: 4- 5 años: Los niños que se sienten capaces y razonablemente autónomos estarán más dispuestos
a emprender más actividades. Pero, a veces, la iniciativa puede dar lugar a una acción que ocasione un error. Por ejemplo, el niño, al colocar la compra, puede romper un tarro de mermelada y como resultado, recibe una bronca severa. Esto puede afectar a su iniciativa, ya que origina en el niño sentimientos de culpa.

-Crisis 4: Laboriosidad vs Inferioridad: 6-11 años: La iniciativa que el niño trae de la etapa anterior, le permite emprender tareas productivas y llevarlas a cabo. A través de la producción exitosa de cosas, el niño adquiere el sentido de la laboriosidad (puede regar el jardín, hornear galletas...)Pero también es la época en la que el niño ingresa en el mundo competitivo, durante los años de escuela elemental (se compara con los compañeros y determina sus "fuerzas" y sus "debilidades"). De esas comparaciones, si siente que no puede competir en áreas importantes y los resultados de su esfuerzo son el fracaso y la burla), pueden surgir en él sentimientos de inferioridad.

-Crisis 5: Identidad vs Confusión: 12-18 años. El adolescente tiene que responder a la demanda de usar la autonomía, la iniciativa y la laboriosidad que ha adquirido para resolver una crisis en la que intervienen las cualidades alternativas del ego, que son: la identidad del ego (¿quién soy yo?, ¿qué es lo que quiero?), contra la confusión de rol (¿qué rol se espera que desempeñe?).
Si son capaces de integrar y equilibrar los roles que desean de desempeñar, emergerá su identidad de ego, pero si fracasa, esto le provocará una confusión de rol. Según Erikson, en esta etapa, el joven puede adquirir cualquier identidad (delincuente, payaso de la clase,...)
Es también la época en la que se reafirma la identidad de género.

-Crisis 6: Intimidad vs Aislamiento: Primeros años de la edad adulta. La intimidad sería la capacidad de tratar a otras personas y de convivir con ellas si tener que abandonar la identidad propia. Se opone al aislamiento.

-Crisis 7: Generatividad vs Autoabsorción: Adultez media y tardía. Generatividad consiste en el deseo de expandirse más allá de su familia inmediata y de otras personas queridas e incluír a la sociedad como un todo. Es un interés por "orientar a la nueva generación". Quienes no tienen ese deseo tenderán a ser introvertidos y a preocuparse por su propio bienestar físico y material.

-Crisis 8: Integridad vs Desesperanza:
Tercera Edad. Cuando el sujeto ha resuelto exitosamente cada una de las crisis, predominando la cualidad positiva del ego, se encontrará satisfecho, lo que le proporcionará integridad. Los que perciben que su vida ha estado mal dirigida, llena de esfuerzos inútiles y de falta de oportunidades, experimentarán un sentimiento de desesperanza.

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