martes, 24 de noviembre de 2009


Para que no olvidemos los errores del pasado y aprendamos que la tolerancia es un valor esencial que debemos practicar para hacer de este mundo un lugar mejor en el que todas las culturas y todas las religiones puedan coexistir en paz y armonía, donde respetemos y seamos respetados.
Incide en los peligros que los fanatismos acarrean. Peligros que nacen de la prepotencia humana (donde mi verdad es la única y la válida) y de la estechez mental, que lleva a juzgar los libros por las solapas y que hace que se castigue a aquel que se cuestiona los dogmas. Aquel que no se limita a ser un "borrego más" , aquel que no se "ciega" por la fé que le viene impuesta. Aquel que se atreve a ir en contra de la mayoría. Mayoría que fué capaz de cometer verdaderas atrociades y a las que la fé logró acallar sus conciencias. Así, las guerras se convirtieron en santas y cada conversión en un nuevo triunfo (aunque el precio a pagar fuese atemorizar a las gentes y asesinar cruelmente en nombre de Dios).
No olvidemos nunca que, a pesar de hablar en lenguas distintas tener un color de piel diferente, adorar a dioses particulares o tener formas opuestas de ver la vida , a pesar de eso, es más lo que nos une que lo que nos separa...

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